viernes, 22 de febrero de 2013

¡Eureka!


¡Eureka! "Dejá de quejarte, que hay gente mucho peor que vos. Los tuyos no son problemas importantes como los de aquellos." Un ejército de pobres y marginados (que, claro, sí, obvio, están peor que uno). Suficiente para generar la percepción relativa de que "estamos bien". La mejor manera de mantener a todo el mundo tranquilito, pasivo y hasta contento. Funcionales a los intereses de los poderosos. Que a esta altura ya no sé ni quiénes son ni qué persiguen. (Más poder: es la única respuesta razonable que se me ocurre. Porque, ¿dinero? Hace siglos que deben tener suficiente como para gastar y derrochar hasta que se apague nuestro sol, y más. De todos modos, nunca podré comprender -por suerte- esa obsesión por el poder. O, mejor dicho, necesidad, porque intuyo que ya uno se vuelve esclavo de éste. O sea que "tener poder": ¡minga! Ni los poderosos pueden jactarse de no tener problemas.) La mejor manera de mantener el orden establecido -el de su conveniencia-, naturalizándolo y pintándolo de confortable, agradable, acaso -para algunos- de justo. Y nosotros compramos. "Sí, la verdad es que no me puedo quejar. No debo pensar que puede ser de otra manera, mejor. Hay tantos que la pasan "realmente" mal. Mejor aceptar el mundo así, tal como está. Total, yo, es cierto, estoy bastante bien." ¿Ideas de cambio? ¡No! Simplemente no llegan a concebirse. Hay que ganarse el pan trabajando, "como debe ser" (tal vez sí, pero, ¿por qué?), y queda poco tiempo libre para pensar en cosas como éstas. ¡Uy! ¡Mirá! ¡El nuevo I-Phone viene con inodoro incorporado!.. ¡Quiero!