sábado, 23 de enero de 2016
Panic attack!
Principio de conservación de la energía: la cantidad total de energía en cualquier sistema físico aislado (sin
interacción con ningún otro sistema) permanece invariable con el tiempo, aunque
dicha energía puede transformarse en otra forma de energía. Jorge Drexler: nada se
pierde; todo se transforma. Intuyo que
de esto se tratan los ataques de pánico. Falta de aire, estrechez y opresión en
el pecho, palpitaciones, hormigueo en las extremidades, ganas de salir
corriendo, sensación de no poder bajar de revoluciones. Todas manifestaciones
de angustia –o ansiedad- devenida energía acumulada, sin canalizar. Nudos en la
garganta, palabras tragadas o truncas, acciones reprimidas. Todos, canales
bloqueados por donde fluiría la energía física y emocional. Entonces se
acumula, el sistema se desborda, la gota
rebalsa el vaso. ¡Plum! Implosión.Ya Einstein nos avisaba sobre la infinita
cantidad de energía contenida en un átomo insignificante; qué queda para una
persona completa… Soluciones. La más rápida y deseable: un abrazo, la
contención afectiva que deje fluir o transforme la angustia. La más rápida, no
deseable: una pastilla de clonazepam o cualquier ansiolítico a gusto del
consumidor. La de fondo: comenzar a desatar los nudos guturales, regurgitar las
egagrópilas verbales, actuar.
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