domingo, 6 de agosto de 2017

Cine, literatura y... vocación

Quizá ya estabas presente de alguna manera en "Alicia en las ciudades" (y también en "Los 400 golpes"), pero aún era demasiado lejano.
Estabas -sin lugar a dudas- en el "Adán Buenosayres", pero no lo supe intuir.
Estabas luego en "Entre horas", y pese a lo evidente, seguía sin sospecharlo.
Estabas en "Presentes", cada vez más cercano y tangible, pero no me percataba.
Ya latías con fuerza en "Entre los muros", pero pese a todo, no lo vislumbré.
Recién con "La vida de Adèle", apareciste claramente en escena, mostraste tus cartas sin rodeos y me cautivaste con un magnestismo que igual en ese momento no supe entender.
Años más tarde recapitulo cada una de estas señales y pienso en cómo es la vida y el destino.
Por eso me atrapaban así, por eso me identificaba tanto, por eso la atracción magnética.
La semilla de la pasión por la docencia y el amor por lxs pibxs se estaba desarrollando.
Hasta que un día finalmente germinó. Y ya nada volvió a ser lo mismo; algo se iluminó para siempre.