jueves, 19 de septiembre de 2019

La sonrisa de mi viejo

Walter Benjamin decía que la salvación mesiánica es impredecible, que se cuela por una hendija en cualquier momento y en cualquier lugar; que de repente ¡zas!, llegaba colmándolo todo de redención y de sentido, aunque más no fuera por unos instantes. Hoy yo la encontré: en la sonrisa de mi viejo. Ahí estaba ella, de repente y de manera inesperada. Tan fugaz pero a la vez tan poderosa y hermosa. Casi inasequible para los sentidos que posteriormente la estamparían en la memoria. Y sin embargo, mágica y pura y hermosa, capaz de convertir en felicidad y eternidad el instante que dura desde que comienza la mueca, se escapa esa especie de berrido ahogado que instintivamente adivino como su risa, y que finalmente se va apagando mientras las curvas de su boca se vuelven rectas otra vez. Es tan lindo ver cómo se le transfigura la cara… Ahora entiendo que esa sonrisa me salva, me llena de felicidad durante unos pocos e infinitos segundos. Los labios de mi viejo forman la hendija; quiero estar atento a su próxima revelación.